En invierno no hay nada que nos apetezca más que un plato caliente. Quizás sí, cocinarlo. Nos encanta ver como poquito a poco un estofado va cogiendo forma e inunda la cocina de olor a recetas de siempre. Este plato nos gusta muchísimo y como más paciencia tengas más rico queda. Así que no quieras restarle media hora para comerlo antes, prepara unas patatas fritas o un arroz blanco y ¡disfrútala!
PASO 1
Quita la grasa de las carrilleras, salpimiéntalas y enharínalas. Calienta en una sartén dos cucharadas de oliva y dora las carrilleras. Reserva.
A la vez, en la cazuela donde coceremos las carrilleras, dora las verduras cortadas en trozos de 2-3 cm en aceite de oliva.
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PASO 2
Una vez doradas las verduras, agrega las carrilleras a la cazuela, el perejil y cubre con una botella de vino tinto, rellena la botella con agua tibia y agrégala también. Corrige de sal y baja a fuego suave.
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PASO 3
Pasadas 6-7 horas, retira la cazuela del fuego, separa las carrilleras de la cazuela y deja enfriar las verduras con el jugo.
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PASO 5
Pasa las verduras por un colador ‘chino’ y cubre con la salsa que resulte las carrilleras. Dejar en la nevera toda la noche.
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PASO 4
Pasada la noche, pon la cazuela a fuego medio y espuma, es decir, quita el aceite de la capa superior de la cazuela. Cuece a fuego medio durante 30 min – 1 hora, sin que se pegue la salsa.
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ACABADO
Cuando consigas que la salsa tenga un aspecto brillante y espeso emplata y acompaña tus carrilleras con unas patatas fritas o un bol de arroz blanco. El tiempo habrá merecido la pena.